Como siempre nos acordamos de Santa Bárbara cuando truena. En nuestro caso cuando nuestros intereses comerciales se han visto afectados. Sin que parezca importarnos el sufrimiento de millones de personas, ni las mentiras de nuestros políticos, ni la desinformación de nuestros medios de comunicación. Pero, ¡ojo!, que ya nos han demostrado unos y otros de los antedichos, que no les importaría llevarnos a una guerra de consecuencias imprevisibles. Por eso es interesante el siguiente artículo para labrarnos nuestra propia opinión.
En Ucrania, los mentirosos se hallan en estado de pánico
En Ucrania, los mentirosos se hallan en estado de pánico
por
Giulietto Chiesa
Para Giulietto Chiesa, ya es
evidente que la crisis ucraniana se ha convertido en una catástrofe para Kiev y
sus aliados. Y en su desesperación por esconder el desastre,
lo único que se les ha ocurrido es inventar una invasión rusa… de 1 000
hombres.
Desde febrero
de 2014, el mundo ya perdió la cuenta de las veces que el ministro del Interior
de Kiev ha anunciado que “ahora sí está comprobado que las tropas rusas están
invadiendo el país”.
Resulta
bastante alarmante esta perenne repetición de mentiras infantiles que «América»
y Europa remachan histéricamente a la opinión pública de Occidente.
Esas mentiras
son, todas, muy fáciles de desmentir… si no fuese por el terrible poderío de
los medios de desinformación que se obstinan en arrastrarnos a la guerra. Es
como si estuviésemos ante una persona fuera de sus cabales, alienada, incapaz
de reflexionar y tenemos que comprender el porqué. Me parece que todas
estas cortinas de humo anuncian algo muy grave.
¿Se han dado
ustedes cuenta de que ya no se habla del Boeing de Malaysia Airlines
[que se estrelló en Ucrania]? Después de sólo mes y medio [de los hechos],
hoy existe un silencio total sobre ese asunto. Si existiesen pruebas de la
culpabilidad de los rusos –como tanto han afirmado los medios de prensa–, ya las
habrían mostrado y habrían clamado por la adopción de sanciones. Pero
no lo han hecho. Aunque en algún momento tendrán que acabar por decir algo
sobre ese asunto. Por ejemplo, que fue Ucrania quien derribó el avión,
quizás con el famoso avión de combate que estuvo maniobrando alrededor del Boeing.
O tendrán que decir que los datos de las cajas negras y las grabaciones
entre la tripulación del Boeing y los controladores aéreos
ucranianos… se perdieron… accidentalmente.
Y todos
comprenderán entonces lo que significa eso… menos, quizás, los eternos
mentirosos implicados en el caso.
El otro
elemento, igualmente inquietante, y que ahora ya se ha hecho evidente, es
que Kiev está perdiendo la guerra. Peor aún, ya es una verdadera derrota,
que incluye la muerte de numerosos oficiales y soldados, muertes por las
cuales Porochenko tendrá que rendir cuentas a sus conciudadanos. Pero también
es evidente que un fracaso tan grande de la aventura del Euromaidan
debe mantenerse oculto a los ojos de la opinión pública mundial, porque es un
fracaso para Obama, para Merkel, para Polonia y para los países bálticos.
Además de ser un desastre político, militar y diplomático.
Y ¿qué hacen
entonces? ¡Redoblar las mentiras! Decirnos que Rusia está invadiendo
Ucrania. ¿Otra vez? Pero, ¿no lo había hecho ya?
Son muy
frágiles esas mentiras. Y si no hubiese tantos los jefes de redacción
sin escrúpulos, como Maura en La Repubblica o De Bortoli
en Il Corriere –por no mencionar más que dos ejemplos
entre los muchos disponibles– ya todo el mundo se habría dado cuenta.
El trucaje de las fotos está mal hecho. Las declaraciones de
Porochenko están mal traducidas. La mayoría de las afirmaciones
carecen de todo fundamento. Y todo lo que nos dicen es tremendamente
infantil.
¿Rusia «invade»
Ucrania con 1 000 hombres?
¿Qué broma es
esta? ¿Cómo puede alguien inteligente, como F. Rampini, creerse esto?
¿No han oído acaso que los propios rebeldes han declarado, por boca
del primer ministro del Donbass, que hay entre ellos 4 000
voluntarios rusos? ¿Qué necesidad había de inventar esta historia de
1 000 fantasmas enviados por Putin, y decimos “fantasmas” porque
ni los propios observadores de la OSCE los han visto pasar?
Lo que sí es
muy evidente es que, por el contrario, Putin está buscando desde hace meses
una solución diplomática para un problema que él no ha creado.
Es evidente que Putin no tiene ninguna intención de «tomar Kiev».
Ni tampoco el Donbass.
En Minsk,
Putin dijo claramente que no hará el papel de mediador, al declarar
que «es un problema interno de Ucrania». Si los líderes europeos fuesen
algo más que estúpidos vasallos que se dejan chantajear,
se distanciarían de esta «América» guerrerista, le dirían
a Obama que es él quien tiene que lidiar con la papa caliente… porque
fue él quien la puso en el fuego. Ni siquiera vale la pena
llamarlo mentiroso. Basta con dejarlo frente a su destino. Pero [los líderes
europeos] siguen comportándose como vasallos.
Ya es hora de
que el pueblo italiano diga «¡basta!». Y los únicos que pueden
hacerlo son los del Movimiento 5 Estrellas, o sea Beppe Grillo.
Que organice una manifestación nacional para exigir un cambio de rumbo en
nuestro país. Que llame a todos, no sólo a su gente.
Que cree un pacto de «salvación nacional». Que dé la
palabra a todos. Esto es vital. Se trata de salvarnos a todos.
Si esperamos por los «pacifistas» y por la izquierda… estamos
jodidos.
La crisis
ucraniana está acelerándose y no hay tiempo que perder. Son demasiado
pocos los que comprenden que el peligro se acerca a pasos
agigantados.
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