sábado, 13 de abril de 2013

La sonrisa etrusca... X Josepe


              La verdad es que he estado vagueando últimamente  por diferentes razones: una pequeña operación médica, un dejar paso a otras opiniones, una desgracia cercana y un poco de desilusión ante el estado de las cosas importantes, me llevaron a ello.

Pero la vida siempre vuelve al rescate. Esta vez, la marcha de José Luis Sampedro,  me ha revivido para seguir poniendo mi granito de arena en la lucha por los más desfavorecidos.


La tranquilidad de su compañera y ahora viuda, Olga Lucas, transmite precisamente la plenitud de su vida e indica que se fue con la conciencia del deber cumplido. A mí me gustaría partir igual.

Yo creo que su partida con renuncia expresa  al boato le hace aún más grande. No podía ser de otra manera en una persona que aprendió a ser buen alumno siendo antes un excelente profesor. Un hombre que se mantenía en vida para no faltarle a su mujer… y seguramente a los indignados.

Lo mejor es que no le perdemos del todo, nos queda su ejemplo, sus artículos, sus libros... Nos enseñan lo plácido y enriquecedor que puede ser el otoño humano para una persona comprometida con la humanidad.

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