Las nuevas medidas sobre las pensiones son el resultado
de la acción de Gobierno actual para favorecer a bancos y grandes compañías de
seguros que llevan muchos años tratando de gestionar, en provecho propio, el
gran volumen de fondos que mueven las pensiones.
Para ello deben de ir cargándose el excelente
sistema actual de pensiones. Lo hacen utilizando los informes que unos
expertos, elegidos y pagados por ellos, van a presentar al Gobierno del PP.
Dichos informes que son aparentemente muy sofisticados, se presentan como
el último grito del conocimiento científico. Pero son en realidad una
manipulación grosera de la situación y futuro de las pensiones
tal
como explican en su libro (Lo
que debes de saber para que no te roben tu pensión) Vicenç Navarro y
Juan Torre López.
La amenaza real a nuestras pensiones, no viene del aumento de la esperanza
de vida ni de otras zarandajas fácilmente subsanables en una situación económica
normal, proviene sólo de los intereses de negocio de la banca y aseguradoras. Una
banca que a través de la burbuja inmobiliaria y prácticas fraudulentas como las
preferentes, nos han conducido a la situación de crisis actual ¿Quién nos
asegura que si se hacen con la hucha de las pensiones dentro de unos años no surja
otra mandanga que volatilice nuestro
dinero?
Pero las pensiones públicas son un derecho muy querido por la población y
un instrumento que la gente sabe que es el más eficaz para evitar la pobreza de
la mayor parte de nuestros mayores y que, además, en momentos de recesión como
los actuales han servido de colchón a muchas economías familiares, amortiguando
un previsible estallido social.
Por ello les resulta tan complicado a bancos y seguros conseguir
directamente la opción a la que realmente aspiran: privatizar las pensiones
para aumentar su negocio.
Dicen que hay que lograr que el sistema de pensiones públicas sea
sostenible, es decir, que sus gastos no superen a los ingresos porque si no se
vendría abajo. Pero sólo proponen actuar sobre los gastos rebajando las
pensiones. Luego podemos afirmar que este tipo de argumentos son falsos porque,
suponiendo que lo adecuado sea lograr la sostenibilidad equilibrando ingresos y
gastos (sin tener en cuenta que en muchos países los desfases se financian a
través de los Presupuestos del Estado), no debemos actuar sólo sobre los gastos
sino también sobre los ingresos.
Resulta también falso que los ingresos del sistema de pensiones públicas
dependan solo de variables demográficas y particularmente de la mayor esperanza
de vida. Por qué también dependen de otras variables, algunas de las cuales
nunca se mencionan: nivel de empleo, nivel salarial, cotizaciones y sobre todo
la distribución de la renta nacional entre el Capital y el Trabajo.
En definitiva. El problema que amenaza a las pensiones no es de naturaleza
demográfica. No. Lo que hay detrás es en realidad un conflicto de intereses
entre grupos sociales, entre los de arriba y los de abajo, entre banqueros y
financieros y la inmensa mayoría de la población que vive de su salario, entre
propietarios del capital y asalariados.
Dicho más claramente, es la lucha de clases. Ese conflicto que dicen que ya
no existe para hacernos creer que los asuntos sociales son neutros y que solo
los pueden arreglar los mercados y sus técnicos mediante fórmulas matemáticas.
Lo cierto es que el futuro de las pensiones públicas no depende de esas
fórmulas sino de la fuerza que tengan los asalariados para defender sus
derechos y para asegurar que sus ingresos no disminuyan constantemente como
viene sucediendo y que se siga ampliando la brecha existente entre las rentas
del capital y las rentas del trabajo
He querido dejar pasar un tiempo antes de hacer un comentario al tema de las pensiones y creo que he acertado.
ResponderEliminarEn la maraña de opiniones vertidas me ha quedado claro que se trata, otra vez más, de descalificar el sistema público como medio de publicitar la privatización de un goloso pastel.
Mismos poderes y mismas tácticas que las utilizadas contra la educación y la sanidad públicas y el desmantelamiento feroz de las ayudas a la Dependencia.
Pero el caso de las pensiones, al igual que la dependencia; esos poderes malignos tienen la esperanza que los perjudicados, por sus propias características, no se movilicen.
Deberíamos demostrarles que se equivocan: saliendo a la calle a manifestarnos y borrándoles definitivamente de nuestras intenciones de voto.
La verdad es que me tiene asustada la poca contestación que está teniendo el tema de las pensiones. Un recorte progresivo que va a afectar a los pensionistas actuales y a los futuros.
ResponderEliminarPero bueno, al fin y al cabo, ha sido parecido con la sanidad, educación o la dependencia. Me imagino que lo pagaremos caro, pero solo nos quedará llorar.
La única duda que me queda es si estamos tan tranquilos por qué nos creemos las mentiras del PP, o no vemos a nadir que pueda substituirlos y hacerlo mejor, o no tenemos redaños para oponernos a un poder injusto.