¿Hacia el cambio prometido?--- x El Pirata

         El partido tiene que cambiar sus obsoletas formas de actuar tanto en la organización, como la forma de hacer y transmitir nuestras políticas.

Se necesita la máxima participación de todos, con un liderazgo democrático y colectivo que integre generaciones, con una defensa clara de las políticas socialdemócratas, con libertad y respeto.

Él que piense que todo tiene que seguir igual, está condenado al ostracismo; el partido es un ente para hacer política para el ciudadano, y nunca usurpado para el aprovechamiento de unos pocos.

Cuando un inepto alcanza una posición de poder, tiene, desde entonces, como objetivo máximo perpetuarse en él, por lo que a partir de entonces se convierte en un enemigo de la democracia, pero también de la libertad, de la competición justa, de la equidad.

Se antepone liderazgo a democracia, más que por el líder habitualmente por sus delegados; se incrementa la burocratización, lo que conduce a la creación de un “grupo de oligarcas” que acceden a la información real sobre lo que ocurre en el seno del partido y que toman las decisiones, a su criterio, con dos fines unidos: incrementar el poder del partido y al mismo tiempo, su poder dentro del partido