El
Gobierno del Sr. Rajoy “premia” con
una sustancial rebaja de las pensiones el sacrificio continuado que los y las
pensionistas españoles están realizando para paliar el desaguisado social que
su Gobierno está realizando en España.
El contrato que el Estado Español realiza con la clase trabajadora para asegurar su futuro como pensionistas es claro y sencillo: mediante el pago obligatorio de unas cantidades durante su vida activa, el Estado se compromete a abonarle a partir de una edad establecida una renta mensual y vitalicia que en la mayor parte de los casos es su único recurso.
El contrato que el Estado Español realiza con la clase trabajadora para asegurar su futuro como pensionistas es claro y sencillo: mediante el pago obligatorio de unas cantidades durante su vida activa, el Estado se compromete a abonarle a partir de una edad establecida una renta mensual y vitalicia que en la mayor parte de los casos es su único recurso.
La edad de
jubilación y la cantidad a cobrar dependen de diversos parámetros que se
establecen reglamentariamente. Todas
esas condiciones se pactan dentro del llamado “Pacto de Toledo”, donde se
estudian las previsiones y recomendaciones para el mantenimiento del Sistema Público de Pensiones a medio y largo plazo. Por
ello no tiene sentido el cambio en las condiciones del sistema de pensiones fuera de los trabajos, previsiones y recomendaciones de dicho Pacto.
La realidad es que el Sistema Público de Pensiones, al igual que la Sanidad, Educación y Dependencia, es muy apetecible para el negocio privado que el PP defiende. Para ello, el primer paso es tratar de desprestigiar el sistema público y luego, en clara similitud con las conocidas “preferentes”, nos venderán con grandes promesas y palabras grandilocuentes las virtudes de los sistemas privados de capitalización. Al final nos dejarán tirados cuando el dinero desaparezca o se devalué de forma irreversible.
La realidad es que el Sistema Público de Pensiones, al igual que la Sanidad, Educación y Dependencia, es muy apetecible para el negocio privado que el PP defiende. Para ello, el primer paso es tratar de desprestigiar el sistema público y luego, en clara similitud con las conocidas “preferentes”, nos venderán con grandes promesas y palabras grandilocuentes las virtudes de los sistemas privados de capitalización. Al final nos dejarán tirados cuando el dinero desaparezca o se devalué de forma irreversible.
La cuestión es que las
clases pasivas no tenemos los mecanismos de defensa que poseen los trabajadores
en activo. Pero bien organizadas podríamos
tumbar un Gobierno. Y es lo que lo deberíamos
hacer cuando somos engañados tan flagrantemente.
Si al gobierno le
hace falta dinero y lo quiere recaudar sangrando sólo a las clases populares:
autónomos, asalariados o pensionistas. Que lo haga subiendo el IRPF, que exige
más al que más tiene, y que deje de hacerlo recortando injustamente los servicios esenciales como la Sanidad, la
Educación, la Atención a la Dependencia o el Sistema Público de Pensiones.
La próxima encuesta del CIS sobre la intención de voto, nos indicará la incidencia que ha tenido la "estafa" entre la ciudadanía.
ResponderEliminarVerdaderamente si la clase política hubiese realizado la mitad de esfuerzos de los y las pensionistas de España. Estaríamos mucho mejor
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